Antes de ayer estuvimos en la Asamblea Nacional donde se estaban aprobando los presupuestos de este año, y como era de esperar el trato fue magnífico, lo que no nos esperábamos era que pararan el proceso y nos dieran la bienvenida a través de los micrófonos en el pleno. ¡Muy fuerte! En España no pasa eso ni de coña.
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